Es una de las conclusiones de un estudio realizado tras analizar casi 220.000 archivos al mes, es decir, el equivalente a decenas de terabytes de información es el volumen de datos.
De tal forma que tal estudio identifica a los países más ricos con descargas de música, y los países más pobres con descargas de películas que son archivos más grandes.
Descargas y contenido
Sus autores, Jordi Duch, Roger Guimerà (investigador ICREA) y Arnau Gavaldà-Miralles, científicos de la Universidad Rovira i Virgili (URV), en colaboración con otros de la Northwestern University (EE UU), han estudiado por primera vez el comportamiento de los usuarios que comparten archivos conocidos como «P2P» en la red mediante el protocolo BitTorrent.Esto ha sido posible gracias a una muestra de millones de internautas que, voluntariamente y de manera anónima han contribuido al estudio.
Tales resultados demuestran que los usuarios son especialistas en un tipo de contenido, en lugar de generalistas. Es decir, que quienes descargan películas siempre descargan películas; quienes descargan música siempre descargan música.
En concreto, más de la mitad de las descargas de cada internauta eran de uno de sus dos tipos de contenidos preferidos. Esto, por ejemplo, «es una amenaza para la privacidad del usuario», comenta Roger Guimera, ya que «su comportamiento se vuelve previsible».
Por otra parte, los investigadores han encontrado la relación existente entre el Producto Interior Bruto (PIB) de un país y el tipo de contenidos más descargados por los usuarios.
Países ricos escuchan música
Así aquellos países que viven en una peor situación económica tienden a compartir archivos más grandes, como películas en alta definición. Sin embargo los que cuentan con un PIB más alto comparten archivos más pequeños, como música.Los motivos de este comportamiento son «sociales, no técnicos», explican los estudiosos, ya que el PIB “tiene más poder predictivo que la infraestructura o el acceso a las nuevas tecnologías”.
Conocer estos datos puede ser útil para mejorar el protocolo de intercambio de archivos P2P lo que se podría aprovechar esta fragmentación de los usuarios para mejorar la eficiencia de los algoritmos de BitTorrent.
El estudio también tiene utilidad a nivel social, en cuanto a la regulación de esta actividad. Los investigadores aseguran que si se quieren “hacer leyes justas, lo primero es analizar el sistema y entender cómo funciona, y cómo lo utiliza la gente”.
Es la primera vez que se analiza el comportamiento de los usuarios que comparten archivos en BitTorrent con una muestra tan representativa, ya que habitualmente esta actividad es privada. Para el estudio se han utilizado datos de 10.000 usuarios de los últimos cinco años, aunque los investigadores tienen información de 1,4 millones de internautas.
El grupo trabaja ahora en utilizar la información obtenida para modelizar el comportamiento de los usuarios y predecirlo; es decir, intentarán ser capaces de anticipar las siguientes descargas de los internautas en función de la información de que disponen.
Por otra parte, quieren investigar cómo los factores externos afectan al comportamiento de los usuarios.
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